Taciturno el Fantasma 👻

 

Taciturno el fantasma.

Charlaba con los perros, 

ellos no lo escuchaban, 

pero el hacía como que sí.

 

Taciturno emanaba calor, distinto a sus iguales. 

Aun cuando no había ningún otro fantasma en la casa de madera en la que divagaba. 

Flotaba sin vagancia, en medio de una clara y etérea existencia.

 

Taciturno entraba a una habitación, y el todo se tornaba cálido, sabor al ámbar de otoño.

Los humanos lo ignoraban, pero notaban que algo había cambiado en el ambiente.

Como el viento cálido que sopla en una tarde de paz, apaciguaba sus corazones.

 

Al salir del cuarto, todo se tornaba de tintes azules o verdosos cual musgo. Con una tonada grisácea.

Taciturno el fantasma reía en medio del silencio, de la ironía en la que se veía envuelto.

¡Era un filósofo! Y entre la exaltación de sus descubrimientos se le escocían los ojos.

 

Sus semejantes no existían, y a veces se preguntaba si el mismo lo hacía.

Pero las interrogantes no le quitaban el sueño.

Mientras dormía, se preguntaba ¿cómo sería estar vivo?

Era un ser distinto a la manta que cubría a sus semejantes.

Ni si quiera sabía si lo que le cubría era una manta u otra cosa.

Pero se veía un foco amarillento, en su interior, traslúcida y polvorienta era su aura.

 

Buscando su origen, pensaba que quizás en el manto de espacio-tiempo él estaba en el espacio. 

Pero no en el tiempo correcto.

Y al cerrar los ojos, se conectaba con la energía de sus ancestros.

 

Un limbo en el limbo.

Muchas de sus ideas, eran silencio en el silencio.

Aunque gritara su voz era etérea.

Taciturno existía ante la verdad, que de compartir su verdad el mundo no lo tomaría en serio.

Sonriente vislumbró a través de la ventana, a Soledad, su fiel amiga y compañera.

 


 

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